EL TERCER PROTOCOLO


LA REPROGRAMACIÓN GLOBAL DEL PACIENTE

Cuando esta técnica es aplicada, el paciente se acomoda acostado/a de cúbito supino en una camilla. Físicamente no se encuentra conectado a ninguna clase de ingenio, o recibiendo ninguna radiación que provenga de aparato alguno, o sometido a un proceso que además pueda conllevar algún modelo de molestia o agresión. La Bio-Información Analógica contenida en los distintos elementos que componen el equipo terapéutico, como ya se ha explicado, no emiten expresamente ninguna radiación, ya que únicamente se utiliza la radiación que emite el propio enfermo/a. El paciente únicamente se encuentra en contacto físico con la mano izquierda del Bio-cibernetista, el cual se sitúa sentado en la cabecera de la camilla, de cara al enfermo/a, mientras que, con su dedo pulgar izquierdo, detecta sucesivamente los seis pulsos que se utilizan en esta terapia, y con la mano derecha utiliza los elemento propios de la misma.

El Tercer Protocolo de aplicación de la BCQH, en todo su contexto, que incluye la toma de los pulsos situados en ambas muñecas del paciente, permite que la actividad restitutiva opere directamente en el área etiológica del enfermo/a sin que sea necesario efectuar el clásico diagnóstico previo. Ello es posible dado que la sesión terapéutica comienza por un análisis de tipo parametral bio-cibernético-energético a través de los pulsos, que es el que permite situar directamente los elementos en los seis extremos de los tres ejes y ocupando el plano apropiado que se corresponde con la naturaleza etiológica del problema. Pulsos que aportarán al Bio-cibernetista toda la información necesaria para aplicar correctamente los distintos movimientos en la BCQH.

En este método terapéutico, el Bio-cibernetista solamente obedece a la señal de los pulsos del enfermo/a y nada podrá hacer por su propia cuenta, ya que deberá de atenerse a las directrices de la información que recibe de los pulsos del paciente conceptualizadas en el protocolo. De esta forma, el Bio-cibernetista podrá reconocer en el enfermo/a el grado de desacuerdo que existe entre éste y el referencial (estado coherente del código de la holo-información contenida en el equipo terapéutico), lo que le permitirá situar correctamente dichos elementos en los ejes y posiciones específicas en los planos correspondientes alrededor de la cabeza del enfermo/a, con el fin de que su sistema bio-cibernético, mediante su radiación de comportamiento pulsante, efectúe la peculiar lectura del contenido de los mismos y estimule de esta forma su autorreprogramación.

El Bio-cibernetista, después de colocar los elementos "Micro" y "Macro" en el lugar que corresponda, sostendrá con su mano derecha un tercer elemento terapéutico, el cilindro denominado "Test" que, sucesivamente, situará en los diferentes parámetros vectorizados reflexológicos propios de esta terapia, cuyo estímulo servirá para que el enfermo/a pueda reorganizar por sí mismo su sistema psico-somático en forma global u holística, sin que en ningún caso se encuentre forzado a una regulación enérgica que pueda perjudicarle. Se trata, pues, de un autoreequilibrio en el que, al ser el propio enfermo/a el que ejecuta la función curativa, y hasta donde alcancen sus mismas posibilidades naturales restitutivas, jamás podrá dañarse. (Ver imagen del equipo terapéutico).

Todos estos parámetros han podido ser descritos a partir de una prolongada observación en el tiempo, siendo posteriormente pormenorizados, conceptualizados y añadidos como elementos imprescindibles a utilizar en la regulación terapéutica.

Los aspectos a estimular, reequilibrar y desinterferenciar en el paciente son:

-- Aspecto Materia - Yin:
1° - La zona amigdalar (con o sin cicatrices).
2° - La estructura máxilo-mandibular. Eliminación de las interferencias de los elemen-tos dentales.
3° - Todos los senos. Corrección de las resonancias anómalas interferenciales. Maxilares, nasales, esfenoides y frontales.

-- Aspecto Neutro: Su estimulación aumenta la capacidad comparativo-retroactiva del paciente, que incrementa el rendimiento de la sesión terapéutica.
4° - La línea sagital craneal.
- Estimulación de ambos hemisferios.
6° - La lateralidad.

-- Aspecto Sutil - Yang:
7° - Corrección de las ocho Esferas Emocionales.
8° - Los flujos diagonales de los planos que corresponda estimular.
9° - El retorno de las fugas de bio-información del NBCH.

Esta serie se repite en los cuatro ciclos de que consta el Tercer Protocolo, con el fin de consumir en su totalidad las posibilidades de lectura de los módulos "Micro" y "Macro". Para que ello suceda, los módulos cambian de posición en cada ciclo. Lo que permitirá que los nueve niveles, mediante el estímulo de sus distintos vectores, efectúen todas las lecturas posibles. En cada uno de los ciclos, y en cada una de las secuencias, el Bio-cibernetista podrá comprobar a través del pulso el grado de restitución que adquiere el enfermo/a a medida que avanza la sesión. Al mismo tiempo, el paciente acostumbra a manifestar sensación de mejoría.

Esta terapia habitualmente es aplicada en sesiones periódicas, cuyos intervalos son determinados por el Bio-cibernetista según el estado de salud del paciente, aunque, ordinariamente, se aplica una vez en semana, para luego ir espaciando las sesiones a quince días, tres semanas, etc. En determinadas circunstancias, donde el delicado estado del enfermo/a pueda indicarlo, esta técnica puede aplicarse en más de una ocasión por semana.